
Las lluvias de marzo alivian el campo español, pero la sequía persiste
Las precipitaciones han beneficiado a numerosos cultivos, aunque en algunas regiones han provocado inundaciones y retrasos en la siembra.
Las intensas lluvias registradas en marzo han supuesto un respiro para el campo español, aunque la “normalidad” hídrica en los embalses aún no se ha alcanzado y la sequía sigue afectando varias zonas del país. Las precipitaciones han provocado crecidas de ríos y desembalses de pantanos, además de inundaciones en cultivos de Totana y Lorca (Murcia), así como en distintos puntos de Andalucía, como Almería, Sevilla, Córdoba y Cádiz.
En Castilla y León, provincias como Burgos y Ávila han registrado lluvias que, aunque beneficiosas, han obligado a retrasar algunas siembras, según han informado organizaciones agrarias. A pesar de la mejora en las reservas hídricas, el sector sigue enfrentando desafíos debido a las condiciones climáticas.
Impacto en los cultivos
El director territorial de Andalucía de Agroseguro, Juan Francisco Delgado, destacó que las precipitaciones han sido “muy favorables” en muchas zonas tradicionalmente secas. Sin embargo, advirtió que en algunos casos las lluvias han generado problemas, como el posible retraso en la siembra de cultivos como la patata e incluso la pudrición de semillas. “Es necesario que salga el sol para controlar la humedad”, señaló.
Por su parte, la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) ha calificado los efectos de estas lluvias como “mixtos”. Mientras que han favorecido la recarga de embalses y auguran “una buena campaña de riego”, también han causado daños en infraestructuras y retrasos en la siembra en Zamora, así como inundaciones en parcelas de Segovia y la Campiña Sur de Córdoba.
Desde la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Eduardo López afirmó que la situación hídrica “ha supuesto un alivio”, sobre todo en las zonas más secas o aquellas que han sufrido una sequía prolongada en los últimos años. La recuperación de acuíferos y el suministro adecuado para cultivos de secano son aspectos clave en este contexto.
Perspectivas y desafíos
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha valorado positivamente estas lluvias, aunque reconoce que han obligado a los agricultores a ajustar sus labores en el campo. En el arco mediterráneo, los cultivos leñosos han recibido “un aporte de agua muy necesario” tras años de sequía severa. No obstante, en Murcia las inundaciones han causado pérdidas del 70% en plantaciones de lechuga y del 30% en brócoli y coliflor, con un impacto económico estimado en 10 millones de euros. También se han registrado daños en invernaderos de fresas y flores.
Desde la Unión de Uniones, Valentín Fraile ha subrayado que las lluvias han sido “buenas para el campo”, aunque en algunas regiones, como Ávila y Burgos, las precipitaciones excesivas podrían poner en riesgo ciertos cultivos si continúan en el mismo nivel.
A nivel de reservas hídricas, algunos embalses como los de la cuenca del Segura están al 22,5% de su capacidad, mientras que otros, como los del País Vasco, alcanzan el 95,2%. En general, las precipitaciones han elevado la reserva hídrica nacional al 60,9% de su capacidad, un 5% por encima de la media de la última década. Sin embargo, en cuencas deficitarias como las de Andalucía, Cataluña y el Levante, la recuperación aún no es suficiente para garantizar una normalización total del riego.
Pese a la mejora, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha advertido que la sequía no ha terminado y que, con los niveles actuales de agua embalsada, las restricciones para los regantes seguirían siendo del 60% en gran parte de la región.
FUENTE: WWW.AGROINFORMACON.COM