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Innovación en viticultura: estrategias para enfrentar el cambio climático

Un proyecto europeo reúne soluciones para mejorar la resiliencia de los viñedos ante condiciones extremas.

 

 

El cambio climático impacta de manera significativa en la agricultura de la región mediterránea, afectando especialmente a cultivos como la vid. Para hacer frente a estos desafíos, el proyecto europeo Climed-Fruit busca recopilar y compartir conocimientos prácticos que permitan una adaptación más eficiente y sostenible del sector vitícola.

Liderado por un consorcio multidisciplinario compuesto por asesores, asociaciones de agricultores, institutos de investigación, entidades educativas y un organismo de normalización, Climed-Fruit trabaja a partir de los resultados de nueve Grupos Operativos en Europa. Su principal objetivo es facilitar la transferencia de conocimientos entre investigadores y profesionales del sector.

Cuatro soluciones innovadoras para la viticultura

Entre las prácticas recopiladas, el proyecto destaca cuatro soluciones innovadoras que han demostrado mejorar la resiliencia de los viñedos frente a fenómenos climáticos extremos. Estas estrategias se presentan en fichas temáticas y Digital Stories (videos cortos), donde se detallan sus beneficios, consejos técnicos para su aplicación y un análisis simplificado de costos y ventajas.

Una de las iniciativas más relevantes es la implementación del riego por goteo subterráneo , una técnica que ha cobrado protagonismo en la cuenca mediterránea ante el aumento de temperaturas, inviernos más suaves y períodos prolongados de sequía.

Riego por goteo subterráneo: una herramienta clave

Autorizado en Francia desde 2017, el riego subterráneo se ha consolidado como una estrategia eficaz para optimizar el uso del agua en los viñedos. Al reducir la evaporación y mejorar la eficiencia del riego, esta técnica contribuye a un mejor desarrollo radicular y facilita la descarga mecánica, además de favorecer la gestión de malezas.

Si bien el riego no es una solución definitiva ante el cambio climático, su implementación en momentos estratégicos de producción puede ser clave para mantener la actividad vitivinícola en regiones con estrés hídrico. Además, puede integrarse en una estrategia de fertirrigación, lo que amplifica sus beneficios.

No obstante, es fundamental considerar la vida útil de los materiales utilizados y minimizar la generación de residuos plásticos en los suelos. Para conocer más detalles sobre esta práctica y los estudios realizados por el grupo operativo OFIVO , coordinado por el Instituto Francés de la Vid y el Vino (IFV) , se recomienda consultar la ficha temática específica y el video explicativo disponible en las plataformas del proyecto.

FUENTE: WWW.VINETUR.COM

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