El hongo ha resurgido tras un año excepcionalmente húmedo y golpea con fuerza los viñedos de la Axarquía. Los viticultores alertan de daños irreversibles y reclaman ayudas urgentes a las administraciones.

 

De tamaño microscópico pero de enorme capacidad destructiva, el hongo mildiu (Plasmopara viticola) ha vuelto a aparecer con fuerza este 2025 en las principales zonas vitivinícolas de España. Tras varios años de sequía que frenaron su expansión, las abundantes lluvias de esta primavera han creado las condiciones ideales para su propagación. La provincia de Málaga, y en especial la comarca de la Axarquía, es una de las más afectadas, con pérdidas que podrían alcanzar hasta el 80% de la producción de uva moscatel de Alejandría en las zonas más castigadas.

Según el Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga, el mildiu está provocando una caída media estimada del 40% en la producción provincial, con daños especialmente severos en las laderas de la Axarquía. En fincas donde ya se ha detectado la enfermedad, los expertos advierten que es casi imposible eliminarla una vez que aparece. Los tratamientos con sulfato de cobre solo son efectivos de forma preventiva.

“El mildiu sigue parasitando la planta, por lo que es fundamental mantener una vigilancia constante para delimitar los daños, que en muchos casos ya son irreversibles”, ha señalado Juan Francisco Vallejos, presidente del Consejo Regulador.

Incidencia dispar en el territorio

El impacto del mildiu varía según las zonas. En Manilva, se estima una pérdida aproximada del 80% de la cosecha. En la Axarquía oriental, las pérdidas oscilan entre un 5% y un 30%, mientras que en la parte occidental de esta comarca podrían alcanzar también el 80%. En la comarca de Antequera, un 70% de la superficie vegetal muestra síntomas del hongo, aunque el efecto final sobre la cosecha aún está por determinar. En la Serranía de Ronda, por el momento la presencia del hongo es baja.

Esta disparidad refleja la diversidad climática y las condiciones de cultivo del territorio, que influyen en el riesgo de desarrollo de la enfermedad. El mildiu prospera con la conocida «regla de los tres dieces»: temperaturas superiores a 10 ºC, lluvias de más de 10 litros por metro cuadrado, y brotes de vid de entre 10 y 15 centímetros.

Preocupación entre los productores

La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) ha lanzado también un llamamiento de alerta. Los productores de la Axarquía sufrirán graves pérdidas económicas, en algunos casos de hasta un 80%, comprometiendo la viabilidad de muchas explotaciones familiares.

“El mildiu se ha desarrollado rápidamente debido a la elevada humedad y temperaturas suaves de esta campaña”, ha explicado Francisco Moscoso, secretario general de UPA en Málaga. Si bien las lluvias han supuesto un alivio tras años de sequía, también han coincidido con la fase crítica de la floración, afectando de manera negativa a la uva moscatel en la Axarquía, justo cuando la vid estaba «cisniendo».

Reclamo de ayudas urgentes

Desde UPA han solicitado al Gobierno de España, a la Junta de Andalucía y a la Diputación de Málaga la adopción de medidas extraordinarias para paliar las pérdidas. Entre las propuestas figuran:

• Reducción del IBI agrario en 2025.

• Modificación de los módulos fiscales del IRPF para agricultores afectados.

• Mantenimiento de la reducción del número de peonadas en el Programa de Fomento del Empleo Agrario (PFEA).

• Mayor investigación en tratamientos fitosanitarios eficaces contra el mildiu.

• Revisión de protocolos de protección del viñedo en campañas lluviosas.

• Inclusión de la uva pasa en los seguros agrarios en condiciones equivalentes a las de las uvas para vino.

Además, UPA propone la puesta en marcha de talleres de empleo y escuelas de oficio para fomentar la formación de jóvenes en el sector, así como medidas de apoyo económico y técnico desde la Diputación Provincial para reforzar al sector pasero.

La uva pasa de la Axarquía, reconocida como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) por la FAO desde 2018, forma parte del patrimonio cultural, agrícola y ambiental de la provincia. Preservar este legado frente al avance del mildiu exige ahora una respuesta urgente y coordinada de las administraciones para proteger el trabajo de los viticultores y garantizar la continuidad de un producto emblemático de la comarca.

 
 
 

Fuente: www.diariosur.es